Amosando publicacións coa etiqueta xesus redondo abuin. Amosar todas as publicacións
Amosando publicacións coa etiqueta xesus redondo abuin. Amosar todas as publicacións

domingo, 19 de outubro de 2014

NOTAS PARA LA HISTORIA

Recibín do amigo e camarada Xesús Redondo Abuín, unha carta dedicada a compañeiros daquela historia antifranquista do pobo de Sardina del Norte de Canarias. Carta que teño a honra de publicar neste Blok


NOTAS PARA LA HISTORIA
Xesús Redondo Abuín
Queridos amigos Armando y Del Toro, Gracias por mandarme el libro Los sucesos de Sardina del Norte. Me parece un documento valiosísimo como lo que son, notas para la historia. Sobre todo por lo importantes que son los testimonios de los propios protagonistas de aquellos hechos -que ya vamos quedando menos- para que el día de mañana los historiadores puedan documentar un gran tomo de la historia verídica de la lucha del pueblo canario por la dignidad de la especie, de toda ella. Digo especie y digo toda ella y digo bien, porque es lo que han sido aquellos sucesos que ganaron la vuelta al mundo por su mucho mérito. Aquel día a aquella hora los que estuvimos allí dignificamos a la clase obrera como clase y dignificamos igualmente a la especie como especie, a toda ella. No así los que no estuvieron. Y los historiadores podrán comprobar también con vuestros testimonios que aquel día a aquella hora en aquellos hechos no hubo más que comunistas.

Comunistas del PCE para ser precisos. No estuvimos todos los comunistas de la Isla en Sardina, la verdad sea dicha, pero todos los que estuvimos allí sí éramos militantes activos del Partido Comunista. Porque a ni no me cabe duda que éramos comunistas todos los que fuimos a Sardina. Me consta que también lo eran parte de los que no han ido a Sardina. Éramos, digo, porque no pocos luego cambiaron de campo y de camisa. Sí. Incluso los hubo que luego se dedicaron a denigrarnos a los que organizamos en plan pacífico la asamblea de Sardina. Fueron ellos los que luego soplaron con más ahínco en la fragua del anticomunismo. Lo que no obsta ni niega lo que antes digo, y en lo que me ratifico: es un hecho que allí no había nadie del FLP ni de la UGT ni de la CNT ni del PSOE ni de ninguna sigla que no fuse del Partido Comunista. Y si los hubo yo ni los vi ni los oí, ni los vi ni los oí en Sardina ni en La Camocha ni en Lláscaras ni en ningún otro sitiodonde yo consumé mi militancia política. Tenían todos ellos su campamento base lejos de las zarpas de la bestia liberticida.

Cuando empezó a llover sangre a cántaros en España y toda la humedad del mundo se abatió sobre nuestras vidas todos los militantes y dirigentes de esas siglas metieron el rabo entre las zarzas y no lo sacaron hasta que no empezó a escampar gracias a los que no nos abrigamos ni un solo día y todos los días dimos la cara y nos la partieron en las comisarías y en los consejos de guerra sumarísimos. Puede que esto que digo a no pocos le pique, sé que les picará, lo sé, pero si les pica que les pique. Porque ser es innegable que fue así. Y así mismo lo dice el historiador Sergio Millares Cantero en la conclusión 3ª de su escrito: “La única fuerza organizada de oposición al sistema en las Islas era el Partido Comunista, que es capaz de liderar y dar sentido político a las demandas obreras de mejorar sus condiciones de vida y de trabajo”. Lo suscribo. Eso mismo decía yo cuando entonces y eso mismo digo yo a 44 años de aquella gran gesta de estoicismo colectivo. Lo que yo no me explico es como algunos ni siquiera hoy son capaces de dar una versión serena de aquellos hechos tan relevantes en la lucha antifranquista siendo ellos como son un mérito que le honra al conjunto del Partido de lucha que siempre fue el Partido Comunista en la Isla y en la Península. Lo que honra a todos los descalzos de la Isla y de la Península. Acaso algunos quisieran residenciar los logros habidos en sus despachos. Puede que esa intención de apropiación indebida sea posible. Pero, no, no fue de los despachos laboralistas de donde han salido los logros políticos habidos, los logros más significativos hubo que pelearlos a pulso más allá de los despachos a pecho descubierto en los centros de trabajo y de estudio, en La Camocha, Erandio, Ferrol, San Adrián del Besos, Madrid, Álava, Granada, Sardina… y suma y sigue.

Los antagonismos internos del PCE en la Isla eran como dos fieras enfrentadas a dentelladas cainitas. Para los apóstoles de todas las cautelas nunca había condiciones para disputarle espacios de libertad al franquismo y el otro bando intentaba crearlas al calor de cada conflicto. Fue lo primero que vi nada más llegar a la Isla. Y yo lo tuve claro, no vacilé lo más mínimo a la hora de tomar partido: en lugar de enrolarme en el barco varado a la espera de vientos más apacibles opté por enrolarme en el barco que se movía en la senda de alentar la lucha por la libertad conflicto a conflicto. Para eso precisamente me vine yo del exilio, para ayudar a ponerle fin a la tiranía. Y a pesar de ser yo quien más caro pagó lo de Sardina -tiro en la ingle y once años de presidio- no tengo reproche alguno para los camaradas con los que luché en Sardina y en lo que no era Sardina y los tengo todos para los capataces armados de la parte contraria que entró a nuestra asamblea a tiro limpio.


Más digo: si me quitan los tres años de exilio, el año de secuestro que me perpetraron en comandita el torturador Melitón Manzanas y el ministro Antonio de Oriol y Urquijo y me quitan la condena de once años de cárcel y lo de Sardina, me quitarían lo mejor de mí mismo. Y paso a decir algo que a mí me urge decir: no es verdad que Tony Gallardo Navarro lisonjease en el Consejo de Guerra Sumarísimo a la Guardia Civil, lo que hizo Tony fue una lúcida exposición de la política de reconciliación nacional que preconizaba desde su VI Congreso el Partido Comunista. Igual que Manuel Morales Macías le ha hecho reproches jurídicos a la farsa de juicio. Igual que yo mismo dije con un punto de premeditada gallardía que no le reconocía ninguna autoridad a aquel Tribunal para juzgarnos, que en buena ley quien tenía que estar en el banquillo era la dirección de SATRA y el sádico Comandante que me pegó el tiro; aproveché incluso para explicarle al mal encarado Presidente del Tribunal lo que el mal encarado Presidente del Tribunal no se explicaba: que los trabajadores no habíamos accedido a entregar así como así a los hermanos Gallardo y al abogado Morales Macías porque los trabajadores cuidamos a nuestros intelectuales como a la niña de nuestros ojos. Y no lo hemos hecho así porque nos dio a nosotros por ahí: lo hicimos así porque así lo decidimos días antes cabalmente en la cárcel, con buen criterio y con mucha claridad de juicio decidimos días antes de la vista convertir el juicio en un juicio al franquismo. Y si así no lo hicimos todos y cada uno de nosotros fue porque todo allí estaba montado para achicar el espíritu: banderas, gallardetes, sables y un Tribunal de caretos que solo mirarlos producía grima. Hubo dos casos que a mí me dolieron muchísimo, y que aún me duelen hoy en día: a Polo le dio un ataque de epilepsia y mi queridísimo amigo Vizcaíno se levantó dispuesto a cumplir el acuerdo colectivo de hablar y tuvo que sentarse sin ser quien a articular palabra.

Me dio mucho coraje porque vi muy claro que ellos dos las pasaron más canutas que los que sí logramos decir algo. Los que estuvimos allí sabemos que así fue y así debemos contarlo. Y contar bien alto que el responsable criminal de lo de Sardina fueron los capataces armados del cabrón de Franco y no Tony Gallardo. En la página 33 de este libro alguien pone en boca de Salvador Sagaseta lo siguiente:“No estuve en los incidentes de Sardina del Norte porque aquello era una trampa… No obstante nosotros animamos a la gente para que fuera, pero dijimos que era una aventura”. Increíble. Pues si es una aventura y una trampa no levantes el teléfono para animar a participar, levántalo para disuadir de caer en la celada. En fin, Tony Gallardo ya está en el nunca más, bien harían los titulares de los susodichos despachos en no seguir esgrimiendo el fantasma de Tony Gallardo, bien harían en dejar de imputarle la paternidad de todos los estigmas que hubo y hay en Canarias, y bien harían en esgrimir el fantasma del gran canalla ártabro, que ese sí es capaz de hacer después de muerto muchísimo daño, muchísimo. Queridos amigos Armando y Del Toro, por hoy aquí lo tengo que dejar. No tengo los correos de nadie de Canarias, tenía el de mi buen amigo Pepe Montenegro, pero ese también picó billete ya al nunca más, espíritu limpio el suyo por cierto donde los hubiere. Me gustaría que vosotros dos enviarais estas líneas a los que aún siguen metiendole caña a la casta, también a la caspa, a toda la caspa.

Un abrazo, Abuín.

Santiago de Compostela, 13/10/2014.

martes, 23 de xullo de 2013

Illa de San Simón

 
 
 
ILLA DE SAN SIMÓN








Xesús Redondo Abuín





P1020142


A Illa de San Simón volve ser a perla do mar das mellores ostras de cantos mares hai. Que nos tempos de crespón e de cera ata as ostras sabían que aquí algo serio pasaba. E vaia se era serio o que aquí pasaba: toda a friaxe do mundo vestía aquí traxe de penado, todo aquí era cadeas, cepos, recontos, requisas, sevicia e morte, aquí imperaba a lei da morte sumaria, da morte sen sequera instrución de causa. Que era a que imperaba en todos os cárceres de Galicia e de España. En todos os cárceres e en todos os lugares. Porque daquela dicir cárcere e dicir lugar era igual. Toda Galicia e toda España eran unha colonia penitenciaria. Toda Galicia e toda España cheiraban a funeraria, a cera e a adro. E agora mesmo teño cravado na memoria a un morto que non o morreron sumariamente aquí, senón que o morreron sumariamente no cárcere de Segovia. A súa cela estaba fronte por fronte a miña. Vino morrer e non lle puiden acudir. O preso chamábase Mario Diego Capote. Era asturiano e comunista. Preso por selo. Morto polo mesmo. O crime foi o 21 de maio de 1969. Tiña un violín. Era músico. O violín era a ferramenta de se traballar a vida. Na prisión tocábao para el e para nós cando lle cadraba e había vagar. Pero aquel día o seu violín calou sumariamente para nunca máis volver tocar: Mario Diego Capote fóísenos sumariamente en sangue. A letal hemorraxia foi a mans du
San Simon

n bárbaro director de cárcere. O médico do cárcere de Soria prescribíralle unha dieta adecuada. Dieta que o tiña en bo estado. En moi bo estado. Pero o bárbaro Director do cárcere de Segovia, un tal Manuel Marques, ordenou aplicarlle sumariamente o rancho xeral. Rancho que sumariamente o sacou da cela que ocupaba cos pés para diante. Si. Matóunolo aquel canalla director a golpe de rancho sumario. O preso Mario Diego Capote estourou cunha descarga sumaria de graxumada. E os dous responsables directos daquel brutal asasinato foron Manuel Marques e Jesús González del Hierro, director de cárcere  e director xeral de cárceres, pero houbo un terceiro criminal: o pequeno fol de veleno ártabro, que esgrimía o fungueiro de abolar as ideas ás primeiras de cambio. Dicir dicía que era apolítico, pero matar mataba como se nada, non toleraba que lle levasen a contraria. Aquel día, meus señores e miñas señoras, escribín para Capote, para o seu violín e máis para min, que realmente foi só para min:
O violín de Capote,
do camarada Mario Diego Capote,
hoxe berra que berra
¡alto aí fillos da noite!
que topastes coas ideas
e nas ideas desta xente que pensa
non fan labor as cadeas;
este corpo ensanguentado
deste home da cadea
se ten que morrer atado
ha ser coa alma ceiba;
que aínda non naceu o ferro
nin naceu o cerralleiro
que ha encadearlle a alma
a un ideal convicto e confeso,
un ideal convicto e confeso
nin morre nin cala:
fala, fala, fala;
por máis morte que haxa,
por máis que haxa cadea:
medra, medra, medra;
e o teu violín hoxe, en lugar de chorar, toca,
camarada Diego,
cousa que te honra e que nos honra,
por máis que os carcereiros non o saiban ou non o queiran saber;
quén me dera tocar a min
igual que toca o teu violín
cando a morrer me toque,
cando a morrer me toque
quén me dera a min, Mario,
os arrestos que hoxe ten o teu violín,
que non sei se os terei;
o que si che digo, Mario,
é que hoxe estou para cuspirlle á cara ó mundo,
ó mundo e á puta que o fixo;
un bico, Mario, un bico.

martes, 23 de abril de 2013

PALABRAS PARA UN HEROE DE GALICIA E DE ESPAÑA



PALABRAS PARA UN HEROE DE GALICIA E DE ESPAÑA
 
                     
 xesus redon abuin

 Xesús Redondo Abuín 

    Nomear a Manuel Ponte Pedreira nas casas cuarteis da comarca, e de máis alá da comarca, era nomear a corda na casa do aforcado. Non pensaban noutra cousa: só pensaban en matalo. ¡Morto o can, acabouse a rabia! Era o que pensaban os 500 canallas con cabeza de charón e alma de cabróns que o cribaron a balazos. Se é que os cabróns que o cribaron pensaban. Porque o certo é que o morto o can, acabouse a rabia era o lema do cabrón de cabróns que mandou cribalo. E cribárono. Si. Pero foi para nada. Grazas por morrer sen engruñarte, Ponte, grazas, moitas grazas por perdurar.
   Ó valioso e valoroso xefe guerrilleiro tíñanlla xurada. Había que matalo. Había que matalo canto antes. Custase o que custase. Era a orde dada polo pequeno fol de veleno ártabro. A ética non importaba nada. O de menos era o honor militar. O de máis era matalo. E matárono. Pero, insisto, para nada.
   Ós canallas que o cribaron e ó canalla de canallas que mandou cribalo saíulles o tiro pola culata. Porque a potente figura de Ponte, lonxe de ir a menos de morto, foi a máis, foi a moito máis. Tanto a máis foi que nas casas cuartel, en todas elas, e no propio Pazo do Pardo, quedaron aqueloutrados coa valentía demostrada polas xentes do contorno, e de máis alá do contorno, o día do enterro de Ponte en Fontao. A ira popular era tanta, que se cortaba a navalla naquelas caras.
untitled    Os canallas que o cribaron, e o canalla de canallas que mandou cribalo, querían sementar o pánico en toda Galicia e en toda España. Pero o que conseguiron foi esporear o valor popular. E esporeárono tanto, que o enterro do admirable e admirado Ponte foi o enterro máis multitudinario de cantos se acordaban na comarca.
    Ponte caeu en Fontao o 21 de abril de hai 66 anos a mans de 500 contrarios. 500. Imposible era que se salvase. Pero despois de morto, Ponte seguiu librando batallas. E gañándoas. O seu durmido corazón foi caixa de recrutamento na comarca e máis alá da comarca. Tanto que ó correr a voz de boca en boca, as incorporacións á guerrilla, en lugar de ir a menos, foron a máis, foron a moito máis.
   Da potente pegada da figura de Ponte deu boa proba unha lenda que apareceu gravada a balazos no tronco dun impoñente carballo ancestral. Lenda que era para enmarcar. Velaquí está: ¡Choraron as serras, choraron os toxos e chorou o pan; máis ti, camarada Ponte, segues sendo o capitán!
    Deuse por seguro -polas distintas traxectorias e polos distintos calibres dos proxectís- que a gravación da lenda foi obra de varios, e chegou a correr o rumor de que ó mando da partida que a gravou estaban o propio Gómez Gayoso e o propio Antonio Seoane. Outros dous heroes de Galicia e de España.
   Chameille pequeno fol de veleno ó innomeable felón de Ferrol. E acaso, e sen acaso, o propio fose chamarlle sapo frustrado. Porque o que desde mocete quería el era ser infante, e se quixo entrar na carreira militar tivo que entrar de pistolo; pois de cintura para riba daba a talla raspada, pero é que de cintura para baixo nin a talla raspada daba. E, para máis, era tal a súa asimetría física e tan pouco dotado estaba de voz de mando que o propio cabrón de Queipo de Llano adoitaba chamarlle Paca la Culona por detrás.
    Acaso esta frustración explique en parte o lema seu de ¡morto o can, acabouse a rabia! Pero con aqueles tres asasinatos de Fontao saíulle ó teimado xeneral o tiro pola culata. Porque Ponte de morto, en lugar de ir a menos, veu a máis. Veu a moito máis. Xa o dixen. Pero é igual. Quero repetilo e repítoo. Querían sementar o pánico na sociedade civil, e o pánico onde golpeou forte foi nos cuarteis da incivil Garda Civil e no propio Pazo do Pardo. Non se explicaban como centos de homes e de mulleres de todas as aldeas da comarca asistiron ó enterro de Ponte desafiando todos os perigos, a cara destapada ¡Qué saberían eles de estoicismo civil!
    E sendo certo que a guerrilla non foi quen a vencer á besta, en canto o novo movemento obreiro non se puxo en pé e botou a andar, a guerrilla foi o único facho que nos quitou noite ós descalzos, e o único lume da dignidade nacional e de clase. A guerrilla acabou derrotada. Claro. Cómo non ía acabar derrotada se os aliados optaron polos seus intereses de Estado e importoulles nada de nada o sapo de Portugal e o sapo de España. Mágoa non os fulminara un raio.
     A non poucos enchéselle agora a boca de loas á transición española. Pero ti ben ves, Ponte: a 68 anos de que as bandeiras da liberación ondeasen vitoriosas de Vladivostok a Andorra, vós, os que deches a cara por ela ata que vola partiron: comestos polo silencio. E nós, os descalzos, acosados a babor e a estribor polas preferentes e a corrupción. E que ninguén arrebole contra min agora o vocábulo demagogo en forma de fungueirazo: eu nin digo que todos os políticos sexan iguais nin que todos rouben, o que digo é que os que rouban son todos uns cabróns. E que con un que haxa, sobra.   
    E agora, camarada Ponte, fareiche dúas confidencias. Unha é que é a propia especie a que necesita coma o aire que respira enxugarvos a vos e enxugarse ela de vez da mala baba que vos denigra e nos denigra. E outra é que en canto os vosos nomes non entren con todas as da lei en letras douradas nos libros de texto, ninguén ten dereito a sacar peito. E porque ben sei que ti non propendes a empoleirarte, unha derradeira confidencia che farei: ningún dos supostos pais da transición e ningún dos ministros que houbo ata hoxe che chegan a ti ós nortellos. Non nos queda outra, pois, camarada Ponte: hai que botar do poder ós mediocres e ós ladróns, e poñer a coidar o de todos ós máis honrados. E despois de poñer ós máis honrados, non quitarlles ollo, por se as moscas. Mágoa de escrache xeral que acabe con todos os ladróns no cárcere.                          
 

luns, 7 de xaneiro de 2013

Elocución de Xesús Redondo Abuín. Homenaxe no cabodano a Isaac Díaz Pardo


"Unha cesta de pombas e Mazás para Isaac Díaz Pardo"
Acto cívico de homenaxe no cemiterio de Boisaca (Santiago),
no seu primeiro cabodano
Recitaron: Carmen Blanco, David Otero, Laura Pérez Landeira, Luz Pozo, Julián Rodriguez, Claudio Rodriguez Fer, Elena Villar Janeiro

Alocucións: Xesús Alonso Montero, Xosé L. Axeitos, Inma López Silva, Martiño Noriega, Charo Portela, Fernando Salgado, Xesús Redondo Abuín.
==============================================
Alocución de Xesús Redondo Abuín
PALABRAS DE AMIGO A AMIGO
Xesús Redondo Abuín
Xesús Redondo AbuínSouben da existencia de Isaac Díaz Pardo, de Don Isaac Díaz Pardo, hai alá tres décadas. Foi con motivo da preparación da manifestación do 4 de Nadal pola Autonomía, pola plena Autonomía; manifestación promovida polo conxunto das forzas integrantes da Xunta Democrática recen constituída. O contacto foi por teléfono, chameino e díxenlle: Don Isaac, chámoo no nome da comisión organizadora dunha gran acción nacional e de clase que pretendemos teña lugar o 4 de Nadal en Vigo; a comisión integrámola Arturo Reguera, Benedicto García Villar, Chichi Campos, o profesor Alonso Montero... Non me deixou seguir. ¿Qué queredes de min? Me preguntou. Queremos saber, lle respondín, se contamos co seu respaldo político e se podería facernos o cartel co que convocar a Vigo a todos os homes e a todas as mulleres de toda Galicia. ¿Para cándo queredes o cartel? Me preguntou. Para o antes posible. Lle contestei. E a súa resposta foi a seguinte: mañá, a primeira hora da tarde, pasade pola Galería Sargadelos de Santiago a recollelo. E así foi, cumpriu; cumpriu suplindo co optimismo da vontade os nosos dous sempiternos pesimismos: a falta de tempo e a sobra de Policía. A Isaac, ó camarada Isaac, o tempo sempre o pillaba a escape, a velas vir nunca o collía, pero para o seu compromiso militante cos descalzos de Galicia e de fóra de Galicia sempre tiña tempo, e se non o tiña, facíao. Aquel 4 de Nadal resultou movido, moi movido; nada máis botar a andar a marcha, vimos vir ó lonxe contra nós un enxameo de policías ruxindo; e nós, ilusos de nós, todos cheos de candor gritando a pleno pulmón “Policía detente, a Xunta está presente”. Foi como falar co vento. Empezaron a bourar en nós á altura do Hotel Samil, e fartáronse de mallar en nós ó longo de toda a tarde por todo Vigo. Pero o seu cartel e o 4 de Nadal foron un fito imprescindible na loita pola Autonomía de Galicia; por certo, aínda non plena hoxe en día. Despois daquel día coincidimos multitude de veces el e eu e outros en multitude de sitios en actos de honra a homes e mulleres de Galicia e de España envorcados polas cunetas cos dentes contra as raíces e comestos polas lombrigas. Coincidimos, así mesmo, nas homenaxes a Celso Emilio Ferreiro, a Federico García Lorca, a Luís Seoane, a Rafael Bárez, a Blanco Torres, a Antonio Tovar, a Lorenzo Varela e a outros e outras homes e mulleres heroes e heroínas de Galicia e de fóra de Galicia. Xesús Redondo Abuín
Ata ben pouco antes de debruzarse el ó cavorco escuro do nunca máis, no que hai un ano caeu xusto aquí, coincidimos el e eu non poucas veces erguendo a escote, con outros e outras, berros de pedra contra a vil desmemoria e a aínda máis vil desidia que gastan os tres poderes do Estado que deberan ser belixerantes con esta atroz inxustiza: o lexislativo, o xudicial e o gobernativo. O último gran debate no que coincidimos os dous foi na Coruña e versou monograficamente sobre a recuperación da memoria republicana de Galicia. Participamos no mesmo moitos. E non todo foron entre el e eu sintonías. Tamén disentimos. El xa levaba anos definíndose como comunista descrido. E eu non comunguei nin comungarei na vida con ese pé de muíño. E así llo dixen. Agora ben, co respecto debido a un dos nosos grandes de espírito. Só faltaría. Non sería eu quen son se non fose así. Respecto no que me ratifico agora mesmo aquí. Que foron 8 décadas as súas no campo dos descalzos de aquí e de todos os sitios. 8 décadas, que logo se di. E el era sabedor, moi sabedor, do meu respecto e da miña estima. Se sabería el do meu respecto e da miña estima que, á hora da despedida aquel día, achegouse a min e en son deliberadamente amigo díxome: ¡non afrouxes, Abuín! E necesito dicilo aquí e agora clariño: máis alá de puntuais disensións, el foi e será sempre para min un referente esencial entre os fillos ilustres deste noso país de verdor cinguido, queridísimo para el e queridísimo para min. Non polo verdor cinguido da vexetación, non, pola xente que o habita. Mil Isaac Díaz Pardo máis daríanlle a vida a Galicia, daríanlle moito a vida. O día que a historia deste noso queridísimo sitio no que vivimos, se escriba co debido afán de poñer os puntos sobre os is, a figura de Don Isaac Díaz Pardo aparecerá nos libros de texto como o mellor padriño da cultura galega do século XX. Cando iso suceda, que sucederá algún día, estou segurísimo, será chegado o momento de descrer de vez da barbarie capitalista, que o é vístase el como se vista, e de recobrar a fe perdida no comunismo, perdida lamentablemente con motivo, con moito motivo de María Santísima. Pero dito o cal a min úrxeme facer constar que o único que fixemos os comunistas de España e de Galicia non foi senón apandar coa ira do innomeable pistolo da calle María. Eu mesmo teño as miñas cicatrices, digo cicatrices e podería dicir feridas, pero non o digo, digo cicatrices; estas son, velas aquí: catro anos de exilio, un ano secuestrado a mans de Melitón Manzanas e Camilo Alonso Vega, un tiro a queimarroupa que me meteu un Comandante das Garda Civil, da incivil Garda Civil, e un interminable viacrucis de presidio en presidio desde o 15 de setembro de 1968 ata o 10 de decembro de 1975; é dicir, ata 20 días despois de consumarse o impagable favor que nos fixo a todos os descalzos a bendita flebite. Sei que Isaac, o camarada Isaac, está asentindo a canto digo. Grazas, Isaac, polo cartel e pola túa altura moral e de miras. Termino pedíndoche a ti, amigo Isaac, camarada Isaac, o primeiro favor que pido na miña vida: se topases por aí co pequeno fol de veleno da calle María, se o imposible se producise, nin o mires ¡Ata nunca máis, Isaac, ata nunca máis, amigo!
Fotos do Acto
P1010964P1010967
P1010968P1010969
P1010977P1010982
P1010987

venres, 19 de outubro de 2012

Palabras que pronunciou Xesús Redondo Abuín no nome de Cultura si, Mausoleo non na xira con Leo Bassi ó Monte Gaiás.




Xesús Redondo Abuín

Palabras que pronunciu Xesús R. no nome de Cultura si, Mausoleo non na xira con Leo Bassi ó Monte Gaiás.  16/10/2012:

Xesús e Marcelino Camacho
 ..“Hai un dito mariñeiro que é o seguinte: Eu casei na montaña, pensando que había pan, e o forno de miña sogra, cría silvas polo verán. Vai ser o conto do Gaiás: volverá ser un codesal. Un tupido codesal. Movéronse dous millóns de toneladas de terra e dilapidáronse xa máis de catro centos millóns de euros para nada. Para nada de nada. Foi a extravagancia soñada por un canalla de Estado, por un gran canalla de Estado. Pero haber hai tres partidos culpables deste delito perpetrado contra os descalzos: PP, PSOE e BNG. O PSOE e o BNG levaban no seu programa o compromiso de parar o dispendio. Pero facer fixeron todo o contrario: a Xunta do PP enterrou aquí máis de douscentos millóns de euros e o Bipartito enterrou outros tantos. Sen o máis mínimo reparo. Con todo o entusiasmo. O BNG chegou a converter á súa Conselleira Ánxela Bugallo na Silvana Mangano do Gaiás. Os tres partidos implicados no desbarate consumado no Gaiás son igual de culpables. E deberían topar nas urnas o día 21 a forma do seu zapato. Teñen ben ganado o zapatazo electoral”... Na xira da tarde relevarame Xan Carlos Ansia.
Xesús é un gran camarada, compañeiro e amigo desde aquela "Longa Noite de Pedra".